
Inmediatamente sintieron que se hundían; era imposible nadar o flotar mucho tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos patalearon en la crema para llegar al borde
Una de ellas dijo en voz alta:
- No puedo más. Es imposible salir de aquí, esta materia
Y dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapídez siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco.
La otra rana, más persistente o quizás más tozuda, se dijo:
- No hay caso! Nada se puede
Y siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar un centímetro. Horas y horas!
De pronto ... de tanto patalear y agitar, agitar y patalear...la crema, se transformó en manteca.
La rana sorprendida
Desde allí, sólo le quedaba ir croando alegremente de regreso a
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